Con poco tiempo y siempre con
prisas, pero el curso está terminando y he de decir que ha sido intenso, difícil,
pero he aprendido como siempre.
A lo largo de todo este trayecto,
este curso, este camino, he tenido la suerte de poder descubrir la literatura
Infantil. Quizá antes de comenzar ya me hacía una pequeña idea de lo que este
arte implica, pero sin duda al terminar la asignatura, el concepto de
literatura y la finalidad que deseo obtener de ella la tengo clara. No sé si
habrá sido mi forma de ver la educación infantil, las gaas que tengo de que la
educación sea distinta, la profe, las estrategias que hemos utilizado o yo que
se, pero me llevo mucho. Una vez terminada la asignatura, toca reflexionar,
analizar todo lo que he ido aprendiendo…
En cuanto al primer bloque,
el concepto que hay que tener más claro es la diferencia entre literatura y
paraliteratura. Antes de comenzar la universidad conocía a rasgos generales de
lo que era la literatura, quizá de una manera distinta, y con tanto contenido
que apenas me dio tiempo a disfrutarla. Sin embargo, de la paraliteratura no
puedo decir lo mismo, no conocía el término hasta que lo escuché en clase. Me
sorprendió, pero me gustó saber que un género de libros para niños tiene
nombre.
La paraliteratura por tanto son
un conjunto que obras que tienen un objetivo moralizante y didáctico. Todo lo
contrario, es la literatura que se conoce como la acción de utilizar la palabra
para manifestarse.
Hasta ya muy avanzada la historia
todas las historias para niños se consideraban paraliteratura, ya que se
pretendía obtener una enseñanza de ellos. Sabiendo esto, me quedo claro lo
importante que es introducir la literatura en el aula, que la descubran y por
supuesto saber expresársela nosotros.
Durante este bloque he podido experimentar lo
importante que es acercarse a los niños para descubrir sus gustos y sus
intereses en la literatura. El maestro juega un papel muy importante a la hora
de elegir los libros que quiere introducir en el aula, son ellos quienes crean
la perfecta biblioteca de aula (bloque 5). Para esta elección tuvimos en cuenta
que los textos sean casi en su totalidad literarios (artístico, con su función
predominante poética, debe pertenecer a la narrativa, la poesía o el texto
teatral, y por supuesto debe ser un texto de ficción. Aunque actualmente la
mayoría de los textos para niños sean narrativos, nuestra misión es introducir
también el teatro y la poesía en este ámbito.
Todos estos aspectos fueron los
que trabajamos durante este primer bloque en la actividad 1. Escoger un
determinado libro para una edad concreta no es tan fácil como parece. He de
decir que fue la primera vez que elijo un libro, escojo su edad, lo analizo y
me paro a pensarlo. (Supongo que es esto lo que realmente hace falta en la
educación hoy en día). Realmente estoy contenta de haber aprendido a elegir un
libro según su autor, según que cuenta el libro y por supuesto de sus lectores.
Además de todos estos aspectos tuve que tener en cuenta el formato en el que
estaba el libro creado, si era adaptable a la edad del niño, de pasta dura o
blanda, la tipología que de letra que se utiliza en el libro y sus
ilustraciones. Tener un buen criterio de elección según la edad del elector es
muy importante, y para ello debemos conocer bien las características de los
niños de cada edad, cada edad lleva su ritmo, y sus etapas.
Es aquí cuando entra en juego el segundo
bloque, en el, teníamos la misión de adaptar un cuento folclórico a una
edad determinada de infantil. Tuve la oportunidad de conocer a fondo las
características de los cuentos folclóricos. Cuando escuché el tema del segundo
bloque pensé que conocía los cuentos folclóricos, sin embargo no tenía ni la
menor idea. Era totalmente distinto a la idea que tenía. Seguramente he estado
toda mi infancia leyendo y ojeando textos folclóricos y 19 años después he
sabido qué son (nunca es tarde). Lo que más bonito me parece de que los textos
folclóricos se transmitan en la etapa de infantil, es que vienen de una
tradición de pueblo, en el que las historias son contadas oralmente. Que no sea
haya perdido esa tradición. Y aunque durante el bloque pudimos ver los
distintos tipos de texto folclórico que existe, lo más importante de cada una
de ellas es la finalidad que tienen. Unas son simplemente de carácter lúdico,
otras tienen una intención moralizante dentro del texto.
Una pregunta que me plantee
durante el bloque fue la diferencia entre una moraleja y una enseñanza moral.
Hay que decir que estos textos al
principio no se transmitían incluyendo en ellos una moraleja al final del
relato, sino que todos tenían una enseñanza moral. Se pueden diferenciar
claramente en que la moraleja viene explicita, es decir ya se da por hecho que
el niño tiene que aprender algo, esto convierte el texto de un texto literario,
en uno paraliterario, (sabremos ya que es, por el bloque 1 por supuesto), este,
tiene como objetivo moralizar, pero sin embargo la enseñanza moral se puede
encontrar en cualquier parte de la obra, puede encontrarse en el principio o
incluso en el final del texto. Son enseñanzas morales que no hay que
explicárselas a los niños, ni contarles porque, todo lo contrario, debemos
dejar siempre ellos sean capaces de buscarle significado y sacar sus propias
conclusiones. Por ejemplo, un aspecto que me pareció muy interesante es la
finalidad que podemos obtener de la poesía folclórica, en la que muchas veces
podemos verlo como una poesía que contamos a los niños, cuando en realidad
debemos ver este método como un juego, en el que el niño se divierta y conozca
su cultura por cómo somos, lo que somos y cómo éramos en el pasado a través de
textos folclóricos.
Como he dicho antes, en la
actividad de este bloque adapté un cuento. Pero no un cuento cualquiera, adapté
el cuento de El hombre de la piel de Oso, de los hermanos Grimm. Además de este
autor, conocimos otros como Hans Christian Andersen o Charles Perrault, que
creo que es muy interesante que futuros maestros de infantil los conozcan. De
verdad que merece la pena, al menos, solo por llevarte la sorpresa, como hice yo,
de que alguno de estos autores, es el autor de cuentos tan conocidísimos como
Patito Feo, o la Sirenita. Y que estas historias que hoy conocemos así, son
solo adaptaciones para niños, la historia real es totalmente distinta y quizá a
veces incluso grotesca.
Además del cuento que tuve que adaptar, también
tuve la oportunidad de escuchar en clase la historia de Toda clase de pieles. ¡Qué
interesantes son los cuentos folclóricos! El cuento en sí, ya es difícil de
contar a un grupo de adultos, imaginaros para un grupo de niños de primer o
segundo ciclo. Creo que fue la actividad que más me costó. Sacar de toda tu imaginación
para adaptar un cuento, dejando claros siempre todos los hechos imprescindibles
de la historia, y dejando de lado otros aspectos, que quizá sean menos
relevantes para niños de infantil. Una vez más en este aspecto hay que tener
clara la etapa emocional que el niño atraviesa en ese momento, y para ello,
tenemos que atender siempre a las principales características de la edad idónea
a la que está destinada la adaptación. Como se trata de un cuento folclórico, a
la hora de contarlo en clase, debería ser oral y narrado. En este tipo de
cuentos casi siempre es de utilidad utilizar fórmulas como: ‘Érase una vez’ o ‘Colorín
colorado’.
Con la manera en la que contamos
los cuentos en el aula es con lo que enlazamos este tercer bloque. La hora
del cuento. Sabiendo ya, que tipo de cuentos son importantes para cada
etapa, y si no lo son como podemos adaptarlos, nos quedaba aprender estrategias
para poder transmitirlos de la mejor manera en nuestras aulas.
En la etapa de infantil, es
necesario, podría decirse incluso imprescindible que los niños escuchen la
palabra hablada, y qué mejor que con cuentos. En las aulas, la literatura en la
mayoría de los casos se inicia desde esta vertiente, la de contar cuentos. Sin
embargo, en este bloque he asumido que el contar cuentos no está destinado solo
a las personas/niños, que no sepan aún leer.
Sino, que se tiene que ver como un método de disfrute en el cual, los
oyentes, sean quien sean, se empapen de todo lo que el cuento les transmite.
La forma de contar el cuento, la
transmitimos nosotros, los maestros y es que un cuento, ya sea de todo tipo, no
se puede contar de cualquier manera. Lo primero e imprescindible que tiene que
haber antes de contarlo es una pequeña interactuación con los niños, que sea
cercana, en la que se les inicie en el viaje al cuento. De todas las maneras de
transmitir un cuento en un aula, la que más me ha gustado, por la manera en la
que se interactúa con los niños es el cuentacuentos. Se trata de una estrategia
en la que el maestro no cuenta con ningún tipo de apoyo, ni visual ni manual,
se guía de su voz y de la visión de los niños. Y ya si el cuento es un texto
folclórico es genial, ya que no es difícil que un niño se identifique con los
cuentos, lo es aún menos cuando sabemos que los cuentos escritos buscan que los
niños se identifiquen con los personajes de los cuentos, los niños cuando
escuchan un cuento folclórico, quiere ser los personajes.
Bien, pues algo que tengo que
reconocer que me ha pasado a mi, y que habitualmente pasa, es que no vemos la
diferencia entre cuentacuentos y la narración con libro. Es totalmente distinto
usar solo el poder de la palabra con los niños, a leerles un cuento. Esto no
significa que les transmitas menos, ni que la transmisión de la historia fuera
peor, es sólo distinto. Pasa completamente lo mismo con la lectura, es otro
método en el que el niño disfruta de la hora del cuento. Creo que la lectura
del cuento a los niños también favorece a que el deseo lector de los niños
comience a florecer.
La actividad de este bloque de
todas las actividades que hemos hecho, sin duda es la que más me gustaba.
Llevar a la práctica una de las estrategias de la hora del cuento con el resto
de compañeros en clase me parecía muy enriquecedor. Todo iba bien, hasta que
justo esa mañana tuve que acudir a mi trabajo. Aunque me desanimé bastante, me
decidí a contar mi cuento mediante un video. Pude comprobar que el método que
elegí (lectura del libro en el aula) no es ni mucho menos la peor estrategia, como
he dicho antes, aporta mucho a los niños y me pareció interesante. Creo que
durante la actividad he aprendido a cómo sentirme cómoda con cada una de las
estrategias, a darle importancia a pequeños detalles como las miradas los
gestos, las paradas y a poder crear un ambiente ideal para la hora del cuento.
Pero… ¿Qué cuento/leo/narro en
clase? ¿Cuáles escojo?, es aquí cuando llegaron a flote los bloques cuatro y
cinco. A mi parecer estos dos bloques están muy unidos. Creo que son
necesarios e imprescindibles los dos. Hacer una selección de todos los libros
que quiero incluir en mi aula, no es sencillo. Y una gran idea para
conseguirlo, es crear nuestros propios cuentos, nuestras propias creaciones
literarias. Qué mejor idea de hacerlo, que hacerlo con los propios niños del
aula. Ellos son los mejores creadores de historias. Esta era la misión de la
actividad 4, idear 3 creaciones literarias, pensadas para niños, y que pudiésemos
crearlas y leerlas en un aula real. El argumento de los textos en todo momento
debe ser cercano a los niños, con una estructura sencilla y lineal. Por último,
es importante que el lenguaje sea adecuado para la edad a la que va dirigida.
De las tres creaciones (prosa,
verso y texto dramático). La creación en
prosa me pareció la más sencilla de crear, hay que echarle un poco de
imaginación, apuntar las ideas de los niños, ordenarlas, y pasar a la
construcción. Pensaba que la estructura de un texto en prosa seguiría una idea
mucho más lineal y tradicional, sin embargo, he descubierto que hay muchas
estrategias divertidas para crear textos con los niños en clase… el cuento al
revés, los minicuentos, las historias mudas, el binomio fantástico y muchas más. Yo en concreto me quedé con esta
última y con su creador (Gianni Rodari).
Consiste básicamente en pensar en dos palabras sin ningún tipo de
relación e inventarse una historia a partir de ello. Me pareció muy interesante su manera de
trabajar, la manera en la que deja crear y descubrir a los niños sin un filtro
ninguno.
La creación en verso sin embargo
me costó más iniciarla, no tuve tanta facilidad en elegir una de las estrategias.
Para mi, las estrategias del verso son estrategias en las que se interactúa
totalmente con los niños, con lo que realmente les interesa, y se plasma, creo
que realmente me gustaban todas y por eso, me costó decidirme. Ya sea,
trabalenguas, adivinanzas, letanías o acrósticos, todas estas estrategias son
motivadoras y fáciles de hacer. Creo como opinión personal, que es una manera
distinta de hacer llegar al aula el verso, no hacerles llegar que el verso
siempre tiene que rimar, y enseñarles otras mil cosas interesantes que tiene el
verso, pero que hoy en día, por desgracia casi no se lleva a cabo.
En el último caso, la creación
dramática, ya que a mi me ha quedado bastante claro, tras decirlo, preguntarlo,
y repetirlo en clase mil veces, que NO existen obras dramáticas para niños de
infantil. Son difíciles de encontrar para los profes, así que lo que se suele
hacer es escoger una obra dramática que ya exista, y como en el bloque dos,
adaptarlo a la edad y las características idóneas. También se puede crear en el
aula con los niños y las estrategias que
podríamos utilizar, serían las mismas que para la prosa.
Algo súper esencial, pero a la
vez importante que me llevo de este bloque, es lo importantes que son los
pequeños detalles a la hora de crear un libro en cada aula. Desde que utensilio
utilizar a la hora de unir las páginas de mi cuento (un hilo, anillas, cartón),
hasta que ilustraciones voy a introducir, y como las voy a realizar. Todos los
detalles cuentan, y es que los niños, aunque no sea una audiencia exigente, se
merecen todos los buenos y efectivos detalles.
Cuando ya tengo más o menos todos
los cuentos que querría en mi aula, y además añado las creaciones que los
propios niños de la clase han ido creando, lo último que nos queda es crear un
espacio de biblioteca en la que los niños puedan disfrutar del placer de la
literatura ¿no?. En el quinto bloque realicé con mis compañeros la creación de
un espacio de biblioteca para el aula. Con este bloque he de decir que sentí
que todos los anteriores bloques se ponían en práctica. Como una secuenciación
de ideas, en la que si una no existía, la siguiente iba a ser imposible
desarrollarla. Este espacio de biblioteca siempre he tenido la idea de que
quiero que sea distinta, a la que tuve cuando era pequeña y a las que como mayoría ahora hay en la etapa de infantil. La mayoría de los
espacios son fríos, llenos de libros, no en su mayoría literarios y con una
finalidad que no es la de disfrutar de la literatura, si no de que los niños
lean, y aprendan a leer. Ojalá que mi futura biblioteca sea distinta a todo
eso, quiero una biblioteca, donde los niños puedan relajarse, sin preocuparse
de nada externo y estén cómodos, con buena iluminación y un ambiente tranquilo.
Creo que como ayuda a este aspecto, sería importante añadir una temática a la biblioteca
como por ejemplo nosotros con el cuento de las mil y una noches. Hasta aquí los
cinco bloques que hemos realizado a lo largo de todo el trimestre.
Como conclusión e idea principal
de lo que me ha aportado todo esto, es que si en un futuro quiero acercar la literatura a
los niños, primero tengo que acercarme a sus gustos y a sus intereses y saber
clasificar así un buen libro para su clase, después si encontrase un libro que
me gusta para el aula, pero tiene aspectos que no son adecuados para su edad,
tengo la misión de adaptarlo con las condiciones que se me impongan. Poder
crear los libros y los cuentos en clase con los niños es de las mejores ideas
que puedo tener como maestra, porque me beneficio yo, y se benefician ellos.
Ambos por placer con la literatura, por disfrute. Por supuesto, si de esos
libros que ya he elegido quiero contar alguno en clase, lo primero que tendré
que hacer es tener claras que estrategias utilizaría para contarlas en clase, y
de qué manera lo haría. Y no hay cosa más importante después de todo lo
anterior que crear un buen ambiente, en el que los niños estén tranquilos,
libres y por supuesto apasionados cada día un poquito más por la literatura.
Finalmente, como créditos
adjuntos a mi artículo, me gustaría dar las gracias a Irune, por saber transmitirnos
tan bien la esencia que tiene la literatura, y lo fácil que puede ser cambiar
las cosas si realmente queremos. No podrías haberlo transmitido tan bien si no
tuvieses esa pasión día tras día por lo que realmente te gusta. Y por supuesto también gracias a mis
compañeros, por fortuna, también amigos, que han estado ahí conmigo, aguantándome
todo el curso. Claudia, Carol, Iván y Marta.
Espero poder seguir compartiendo
las ganas de aprender de esta increíble profesión. ¡Gracias y a por tercero!